He disfrutado la belleza de la naturaleza de este largo y maravilloso país llamado Chile.
Conozco completo Chile continental, he manejado entre el hito tripartito de Visviri en la frontera con Perú y Bolivia hasta el canal de Beagle donde termina la Tierra del Fuego.
He visto grandes proyectos hidroeléctricos que han cambiado tierras y climas.
He estado en Cochrane y caminado por las orillas del río Baker.
Hice un MBA mi mejor asignatura fue Economía.
Y con ello puedo decir respecto a Hidroaysén es que están matando un río maravilloso para dar paso a un proyecto que no afectará tanto a la Patagonia como lo hará con el resto del país.
No es la represa lo que más me molesta, sino que su sistema de transmisión eléctrica que recorrerá con gigantescas torres de alta tensión en todo el país.
La obra más fea que he visto son los tendidos eléctricos aproximadamente a la altura de Colina que recorren junto a la ruta panamericana, y me temo que son sólo una muestra de lo que será el paisaje que pronto veremos si Hidroaysén se hace realidad en todo nuestro territorio.
Se habla del gran potencial del Baker a nivel eléctrico, pero no tiene sentido si la mayor parte de la energía se disipará por este enorme tendido.
A nivel de protección civil es insostenible que un tendido así gobierne la energía del país y quedemos expuestos a que un terremoto, un ataque terrorista o un accidente deje en segundos a oscuras el país completo.
Me preocupa la imagen de Chile como destino turístico internacional.
Me preocupa que las inversiones en Chile se paren porque el país no respeta al medioambiente.
Me preocupa que mientras los cables se eliminan de a poco en las ciudades y los dispositivos son cada vez más inalámbricos, lo que verán nuestros hijos cuando viajen por nuestro país serán tendidos eléctricos.