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Ley de prohibir los celulares en colegios

Una medida populista y regresiva La propuesta de establecer por Ley la prohibición del uso de teléfonos móviles en establecimientos educativos representa, a mi juicio, una decisión equivocada y regresiva. Considero que legislar sobre esta materia es innecesario y se acerca más a una acción populista que a una política pública que contribuya genuinamente a mejorar la calidad de la educación o el desarrollo integral del país.

En lugar de una prohibición a nivel de Ley de la República, sería más apropiado y eficiente que el Ministerio de Educación (Mineduc) emitiera una recomendación o lineamiento general, permitiendo que cada comunidad educativa (directivos, profesores, apoderados y estudiantes) adopte la regulación interna más adecuada a su contexto y proyecto educativo.

Mi posición es contraria a la prohibición y estos son mis argumentos.

Hay que recordar, aunque parezca evidente, que estamos en el siglo XXI y los móviles inteligentes son una herramienta omnipresente de múltiples usos que debe aprender a utilizarse como tal y potenciar su correcto uso.

Si los estudiantes lo usan para ver redes sociales es porque eso han aprendido de los mayores (congresistas incluidos) o porque la clase realmente no es atractiva.

El correcto uso considera varios aspectos que llegan incluso a aspectos éticos y morales: respeto, empatía, privacidad, lealtad, honestidad.

Debe haber respeto y empatía, no se debe usar el celular mientras alguien está explicando (ya sea profesor o compañero) a menos que sea con un fin de buscar alguna información que aporte a la clase.

El uso de cámaras y grabaciones deber respetuoso y consensuado, sin invadir la privacidad y sobretodo sin menoscabar a nadie. Se puede usar como un argumento crítico ante algunas instancias para manifestar problemas, pero con criterio y sin llevarlo a la esfera pública.

El uso de IA para hacer tareas debe ser honesto, sin necesidad de esconder su uso, puede ser una ayuda para comprender mejor materias, resolver dudas, investigar más a fondo. Herramientas como NotebookLM pueden ser de gran utilidad.

Por otra parte debieran grabarse las clases con un dispositivo inteligente (ya sea un teléfono que grabe con alguna IA o un Plaud) que entregue una transcripción y resumen de la clase y se comparta a los asistentes, permitirse sacar fotos del pizarrón y entregar las diapositivas proyectadas (ojalá antes del inicio de clases) para que los alumnos se concentren en poner atención y no en escribir apuntes. Anotar todo y copiar está sobrevalorado, lo importante hoy no es la memorización sino el pensamiento crítico y el ejercicio cerebral.

Las tecnologías avanzaron muy rápido, mis abuelos son emigrantes llegaron en barco y sabían que su única conexión con el mundo que dejaron atrás sería por cartas que demoraban semanas en llegar, hoy vivimos el mundo al instante, podemos hacer videoconferencias desde un teléfono móvil desde y hacia cualquier lugar.

Estamos hiperconectados, la información que disponemos es enorme, pero como sociedad no nos hemos adaptado adecuadamente y por ello la reacción básica es defensiva, pero ya está aquí y es momento de hacernos cargo.

Reflexionemos y veamos nuestro aporte al mundo actual, no critiquemos que los niños usen redes sociales si cuando pequeños mientras piden atención estamos pendientes de las redes sociales.

Prohibir no soluciona, solo evade el problema, pero tarde o temprano hay que enfrentarlo, ahí está el desafío de cada hogar y comunidad educativa. Hacen falta espacios de reflexión y conversación que nos unan, les invito a ello que es en lo que he estado trabajando porque creo que es necesario un cambio de paradigma y siento que puedo y debo aportar.

No soy político ni quiero serlo, por ello mantuve silencio hasta ahora que terminó el proceso electoral en su mayor parte para que no se tergiversara mi opinión independiente.

Claudio Sacca

+56 9 9719 2218

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