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Chile, país de traiciones

No está leyendo mal ni me equivoqué, en el mes de la patria es bueno conocer un poco más sobe nuestro país, sobre tradiciones ya se sabe bastante, pero sobre las traiciones que envuelven nuestra idiosincrasia, se sabe bastante poco y creo que su conocimiento es mucho más necesario para no pasar malos ratos, después de todo, lo importante es saber quienes son los te rodean y así las sorpresas por desagradables que sean pasan a dejar de tener importancia. Desde Lautaro que traiciona a Pedro de Valdivia, pasando por los hermanos Carrera que traicionan a O`Higgins (posteriormente llamado “Padre de la patria”, pese a que nuestro real libertador fue José de San Martín) sin olvidarse del General Mendoza, denominado “General Rastrero” por Salvador Allende en su último discurso o de las primarias de la Derecha en las actuales elecciones, lo cierto es que este gen del traicionar sin importar lo que pase parece estar en nuestra identidad. Me parece que el tema de las traiciones está en gran parte acompañado de otro de nuestros males, el doble discurso, y de la conjunción de ellos aparecen las “aserruchadas de piso”, la gente camaleón que cambia de idea según la ocasión (los que “no son chicha ni limoná” como decía Víctor Jara), los sacerdote que traicionan a Dios para abusar de niños, los políticos que ya no saben por qué partido ni que región son candidatos, los partidos políticos que dejaron de cumplir con manifiestos o principios y lo más grave de todo, el Estado que traiciona a su Nación y compite con la empresa privada en ámbitos como los medios de comunicación (TVN que compite con los demás canales por rating sin importar su contenido), la educación (da lo mismo si permite el lucro a los privados si finalmente estudiar en una entidad pública tiene el mismo precio), el transporte (Lagos nos ofreció tren hasta Puerto Montt, duró unas cuantas semanas, ahora llega hasta Chillán; también nos hicieron nuevas carreteras concesionadas, pero sobre las estatales que ya existían).Las instituciones del Estado día a día nos demuestran como traicionan al pueblo de Chile: El SII condena la deuda de las grandes empresas, pero agobia a los pequeños empresarios; el SERNAC es una burla, no tiene ningún poder; la ONEMI fue creada para las emergencias, cuando ocurrió una trascendental como un terremoto grado 8,8 no supo qué hacer; CORFO habla del año del emprendimiento, pero dentro de las bases para sus licitaciones en Mercado Público exige años de antigüedad; distintas municipalidades han creado planes de vida sana, incentivando que la gente salga a trotar y creando ciclovías, sin embargo el aire es irrespirable en Temuco, Osorno y muchas ciudades y pueblos.Lo más grave de todo, es que la el chileno común y corriente es un traidor en potencia, no existe la lealtad ni la fidelidad, quien puede aprovecharse de algo o alguien lo hace, quien es bueno peca de tonto, quien se aprovecha de los demás es \”enjuiciado\”, rápidamente perdonado y luego se olvidan de los hechos, así ocurre con los delincuentes que van desde los delitos más sencillos hasta quienes se aprovecha de todo un país estafando a la población.Finalmente todo se reduce a la desconfianza y hoy puedo decir que no creo en Chile ni en su gente, no creo en el perro del gas, el elefante del supermercado, el pato del banco, las marcas que se dicen líderes, despreocupados, sonrientes, etc… No creo en mis vecinos, en los religiosos, en los educadores, en las etiquetas de los productos, en la televisión, en la radio, en las fundaciones, en la vida sana, el deporte. No creo en el Censo, las estadísticas, el PIB, el Imacec ni en ninguna cifra.Según los datos macros la semana pasada se informé que Chile subió 15 puestos en el Ranking de Felicidad de los países, pasando del lugar 43 al 28, pareció un chiste, ese mismo día en Temuco del camino de mi depto a la oficina habían 2 huelgas y una marcha pidiendo mejorasLas cifras macros son bonitas, pero inútiles en un país con la desigualdad del nuestro, da lo mismo qué tan bien nos veamos ahí, si finalmente en buen chileno, “está mal pelao el chancho” y los chilenos como buenos sobrevivientes y esnobistas avasallan con lo que tengan a su paso para poder surgir dentro de esta jungla aferrándose a su individualismo sin importar a quien terminen hiriendo o traicionando. Dedicado como dicen por ahí “a quien le quede el poncho ” Felices fiestas patrias’

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