Con la inscripción en la Universidad para estudiar Teatro & Comunicación Escénica, renuevo un ciclo que tuvo muchas aventuras y desventuras, fue un tiempo de observación y descubrimiento, pero en el que dejé muchas áreas pendientes, es quizá por ello, que tuve que sufrir distinta clase de problemas para aprender de la vida y darme cuenta de los errores que había cometido, pero tengo la suerte de tener una nueva posibilidad.
Hoy me siento como dice la primera estrofa de aquella hermosa canción de Violeta Parra llamada “Volver a los 17”, y es que no puedo dejar de pensar en que viví un mundo paralelo por los últimos años.
Es un poco como si hubiera reprobado el ramo “juventud” en la vida, porque lo enfrenté quizá de forma demasiado adulta y no viví realmente lo que ese periodo significa, pero hoy tengo una nueva posibilidad, hoy aunque parezca que he visto demasiadas comedias en televisión en las que una persona toma una pócima y vuelve a su juventud, es realmente como me siento.
El año comenzó igual que cuando salí del colegio, en la playa en Licán Ray, luego viniendo a Santiago a matricularme a la Universidad, siempre pendiente de revisar mi e-mail y de buscar amigos para entretenerme. Al igual de cómo comenzó ese verano en que salí del colegio, sigo soltero y sin compromiso alguno. Por otra parte, sigo contando con el apoyo de mi madre que me llama constantemente para saber cómo van los trámites universitarios y controles médicos, mientras mi mente pasa la idea de estar tomando las mejores decisiones para mi futuro.