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Cruzando el Báltico

Son las 12.24 del Viernes 18 de junio...


Estoy sentado en primera fila de la clase Business del Linda Line Express, la embarcación que me traslada desde Helsinki (Finlandia) hasta Tallin (Estonia) a través del Mar Báltico. El viaje dura una hora y media de esta forma, en helicóptero son sólo 18 minutos (y no es caro, pero habí­a que reservar con tiempo) y por tierra el viaje es eterno, ya que hay que dar la vuelta por Rusia.

En fin, mi vida comienza a tomar mi carácter frenesí­, ayer fui a dar al pueblito del mismísimo Santa Claus (Viejito Pascuero para los chilenos), en el Cí­rculo Polar Artico, ahora voy rumbo a Estonia, y nada de estos estuvo en mis planes originales... a esta altura yo esperaba estar en Francia o Inglaterra organizando mi viaje a Stonehenge para celebrar ahí el solsticio, pero como dijo John Lennon, la vida es lo que te va pasando mientras te empeñas en hacer otros planes.


Como estoy estudiando en la Universidad de la Vida, habrá que seguir lo que el destino me depare... por ahora las ex repúblicas soviética de Estonia, Letonia y Lituania parecen ser mi destino más próximo, luego las posibilidades varí­an entre Polonia o Bielorrusia, para seguir rumbo a Alemania, República Checa, Eslovaquia o Bulgaria... en fin, ya no sé nada y no planifico. Eso por ahora, cuesta escribir cuando el sol no me deja ver la pantalla.

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